¿Qué es el liderazgo?
Se
acepta, en general, que un buen liderazgo es esencial para el éxito de
cualquier empresa. Para identificar las características de un buen líder
es necesario primero saber qué es el liderazgo.
Definición:
el liderazgo es la capacidad o habilidad que tiene una persona para
convencer a otros de que traten de alcanzar determinados objetivos.
También
se dice que el líder es aquella persona con poder de influir en la
conducta de otros para el logro de ciertas metas. La fuente de esta
influencia o poder puede ser formal, como la que proviene del lugar o
puesto que se tiene en una empresa; por ejemplo, el gerente, en virtud
de su posición, asume un rol de liderazgo.
Pero el
liderazgo también puede ser informal, como cuando un empleado puede
convencer a sus compañeros de que observen una cierta conducta, sin ser
su jefe.
No
todos los líderes son jefes, o gerentes o supervisores, como tampoco
todos los jefes, gerentes o supervisores, por el solo hecho del mando,
son líderes.
La
habilidad para persuadir a otros, independientemente de la posición
formal que se ocupe en la empresa, es importante e incluso, en algunos
casos, más importante que la formal. Para el empresario o jefe, lo ideal
sería que poseyera ambos: el liderazgo formal, pero también el
informal.
Pasemos ahora a estudiar las características tanto físicas, como de comportamiento y de relación que hacen un buen líder.
Teorías sobre el liderazgo
Siendo
el liderazgo una capacidad tan importante para el logro de los objetivos
de un grupo, los investigadores han estudiado las características que
hacen eficaz a un líder.
Ello dio como resultado tres enfoques básicos que tratan de explicar el liderazgo.
El
primero busca las características comunes a todos los líderes, que los
diferencian del resto de la población. El segundo enfoque trata de
explicar el liderazgo en términos de los comportamientos del líder. Y el
tercero, trata de explicar el liderazgo efectivo en términos del líder
pero también de los subordinados y de las circunstancias en que
interactúan.
Veamos a continuación en qué consisten estas teorías y qué puede aportar cada una de ellas a un empresario o jefe.
Teorías de rasgos
A las
teorías que sólo toman en cuenta las características específicas comunes
a todos los líderes, se les conoce como teorías de rasgos o
unidimensionales.
Estas
tratan de hacer un retrato del líder ideal aislando aquellas
características que los distinguen del resto de la gente, como su
personalidad, aspecto físico, clase social, etcétera.
Estas
teorías no pudieron explicar el liderazgo en términos de las
características comunes a los líderes, porque entre ellos había pocas
cosas en común.
Sin
embargo, encontraron que la mayor parte de los líderes eran
inteligentes, dominantes, seguros de sí mismos, dotados de alto nivel de
energía, y de conocimientos relevantes sobre la tarea. Pero también
observaron que el hecho de poseer estas características no garantizaba
que la persona fuera líder.
La
crítica que se hace a estas teorías es que no tomaron en cuenta las
conductas del líder, ni las características de sus seguidores.
Teorías conductuales
Estas
teorías se enfocan en el estudio de la conducta de los líderes, de su
comportamiento específico, es decir, de lo que hacen.
Buscan
identificar las características de comportamiento que parecen estar
relacionadas con la eficiencia y el desempeño de los subordinados.
Todas
las teorías conductuales explican el liderazgo en términos de dos
conductas o comportamientos: el orientado a los subordinados y el
orientado al trabajo o a la tarea.
El
comportamiento orientado a los subordinados consiste en que el líder
trata de mantener buenas relaciones con ellos, caracterizadas por la
confianza, el respeto mutuo, el interés por los sentimientos y el
bienestar de las personas, así como por la aceptación de las diferencias
existentes en el grupo.
El
comportamiento orientado a la tarea consiste en que el líder pone el
acento en el trabajo por realizar. Define y estructura no sólo su rol y
su tarea, sino también el rol y la tarea de los subordinados, con el fin
de facilitar la realización del trabajo. O bien, el líder pone énfasis
en la producción, en los aspectos técnicos del trabajo y en el logro de
las tareas de su grupo. Piensan en la gente como medios para lograr ese
fin. El líder exitoso tiende a mantener un balance equilibrado entre
ambas orientaciones.
Teorías situacionales
Actualmente,
se cuestiona que exista un estilo de liderazgo, del que podamos decir
que sea "el mejor", independientemente de la situación en la que se
ejerce.
Las más
recientes investigaciones indican que no existe un liderazgo bueno para
todas las circunstancias, sino que el liderazgo eficaz depende también
de los seguidores, de la situación, y de los comportamientos del líder.
Algunas preguntas que nos podemos hacer son:
¿Qué
factores situacionales hay que tomar en cuenta para saber qué tipo de
liderazgo sería el más apropiado en esas circunstancias?
¿Qué es lo que hace que en determinada situación, X tipo de liderazgo sea más apropiado que otro?
Con
decir que el liderazgo eficaz depende de la situación, aún no hemos
señalado cuáles son las condiciones situacionales que debemos considerar
para adoptar el liderazgo adecuado a dicha situación.
A continuación, comentaremos la teoría de liderazgo situacional que mejor responde a estas cuestiones.
Liderazgo situacional de Hersey-Blanchard
Hersey y
Blanchard plantean que el liderazgo eficaz es el resultado de ajustar
el estilo de liderazgo del jefe a la madurez de los subordinados.
Siguen
tomando en cuenta las conductas del líder orientadas a la tarea y a la
relación, pero añaden un nuevo elemento que es la evaluación de la
madurez de los empleados, para ejercer el liderazgo de manera flexible,
adaptándolo a las diferentes circunstancias.
Ellos definen la madurez de los subordinados a partir de dos componentes: la madurez psicológica y la madurez para el trabajo.
La
madurez psicológica es la disposición o motivación para hacer el
trabajo, proponerse metas, y obtener logros. O sea, el querer hacer la
tarea.
La
madurez para el trabajo es poseer las habilidades, conocimientos y
destrezas requeridos para realizarlo. Es decir, el poder hacer la tarea.
Lo más
importante en esta teoría es evaluar la madurez de los subordinados para
adoptar el estilo de liderazgo más adecuado a esa madurez.
Una manera muy sencilla de evaluar la madurez de un subordinado es haciéndote estas dos preguntas:
¿Mi subordinado quiere hacer el trabajo? Sí o no. Esto te da una idea de su madurez psicológica.
¿Mi subordinado puede hacer el trabajo? Sí o no. Esto te da una idea de su madurez para el trabajo.
Al responder estas preguntas tienes cuatro posibles combinaciones:
MI: El subordinado ni quiere ni puede.
M2: El subordinado quiere pero no puede.
M3: El subordinado puede pero no quiere.
M4: El subordinado quiere y puede.
Hersey y Blanchard proponen que el estilo de liderazgo para cada uno de estos niveles de madurez es el siguiente:
Para MI, ordenar.
Para M2, vender.
Para M3, participar.
Para M4, delegar.
a)
Madurez 1: las personas que poseen este grado de madurez tienen una
voluntad de trabajar casi nula; y por otra parte, tampoco saben hacer su
trabajo.
Este tipo de personas requieren de un liderazgo autoritario, orientado a la tarea, o como dicen Hersey y Blanchard, ordenador.
El jefe define las funciones, roles y actividades de los subordinados.
b)
Madurez 2: en este grado de madurez se encuentran los empleados que
tienen grandes deseos de trabajar, pero que no tienen los conocimientos
ni las habilidades necesarias.
El
liderazgo adecuado a esta circunstancia es un liderazgo de
"convencimiento" o de "venta". Al mismo tiempo que dirige al empleado
respecto a la tarea, también trata de reforzarle su actitud positiva
respecto al trabajo.
Esto último lo lograrás mediante una buena comunicación y explicación del porqué de las cosas y ayudándole a entenderlas.
El
líder tiene una conducta enfocada altamente a la tarea, para decirle a
su empleado qué hacer y cómo hacerlo. Y una conducta enfocada altamente a
la relación para reforzar el gusto y deseo que tiene el empleado de
hacer las cosas.
c)
Madurez 3: estos empleados tienen la capacidad de realizar lo que se les
pide, pero su voluntad para llevarlo a cabo es poca o muy pobre.
Aquí el
liderazgo adecuado es el "participativo", es decir, una conducta del
líder baja en enfatizar el trabajo porque el empleado sabe hacerlo y una
conducta muy enfocada a las relaciones, a fin de apoyar y motivar a la
persona.
Esto se
logra con una buena comunicación y fomentando en la persona la idea de
que "participe" en las decisiones, y se integre a la toma de decisiones.
d)
Madurez 4: los empleados que poseen este tipo de madurez son los que
saben y quieren hacer su trabajo. Tienen confianza en sí mismos y son
capaces y responsables. No necesitan del apoyo del jefe para hacer su
trabajo.
Aquí el
liderazgo adecuado es el de "delegar". Cuando surgen problemas, el
subordinado se hace responsable y busca una solución. El líder
únicamente supervisa el trabajo
Posibilidades de éxito de los diferentes estilos de liderazgo
Lo que
un empresario puede aprender de las teorías del liderazgo situacional es
que no hay un liderazgo efectivo válido para toda la gente, en todas
las situaciones y que funcione para todos los líderes. Por eso, es muy
importante que conozcas tu estilo.
Estilo personal de liderazgo
Cada
persona tiende naturalmente a comportarse de cierta manera al dirigir un
grupo. Aunque este estilo se ve modificado por la personalidad de los
subordinados, por la naturaleza de la tarea y por la empresa, en
general, depende de la personalidad de quien ejerce el liderazgo.
Conocer tu estilo natural te ayudará a flexibilizarte y poder adoptar
otros estilos de liderazgo que mejor se acomoden a situaciones
diferentes. Los estilos básicos de liderazgo son:
Autoritario.
Paternalista.
Consultivo.
Democrático.
El líder autoritario
Es el
que no tiene confianza en sus empleados. El toma todas las decisiones y
fija los objetivos. A los subordinados sólo les queda obedecer. Crea una
atmósfera de miedo, de amenaza, de castigo. En su comunicación con los
empleados, el líder autoritario se limita a dar órdenes. Las
repercusiones de ejercer este liderazgo con los subordinados son:
Sentimientos de temor, hostilidad y resentimiento.
Hay fuerte insatisfacción de los subordinados con su trabajo, sus compañeros, su jefe y la empresa.
No hay trabajo en equipo.
Existe resistencia oculta a ejecutar las órdenes.
El líder paternalista
Tiene
una confianza condescendiente en sus empleados, como la de un padre con
su hijo. El toma la mayor parte de las decisiones y le deja tomar
algunas a sus empleados en cosas de poca trascendencia. Acepta algunos
comentarios a sus órdenes. Da recompensas y castigos. Controla todo lo
fundamental. Los subordinados se relacionan con él, con precaución.
Promueve poco el trabajo en equipo. Las repercusiones de ejercer este
liderazgo con los subordinados son:
Lo que más los motiva es el dinero y el poder.
Los empleados no se sienten responsables del logro de los objetivos.
Suele haber insatisfacción con el trabajo.
Hay aceptación abierta de los objetivos pero también resistencia clandestina.
El líder consultivo
Crea un
clima participativo y tiene confianza en sus empleados. Aunque la mayor
parte de las decisiones importantes las toma él, permite que los
empleados tengan su espacio de toma de decisiones. Reconoce las
cualidades, los logros y esfuerzos de sus empleados y los premia. Estos
tienen confianza en el líder. Promueve la responsabilidad y su liderazgo
asume la forma de objetivos por alcanzar. Las repercusiones de ejercer
este liderazgo con los subordinados son:
Los empleados observan actitudes generalmente favorables a la empresa y se sienten responsables también de lo que hacen.
Hay buena satisfacción en el trabajo.
Hay buen nivel de confianza.
Hay aceptación abierta de los objetivos y, rara vez, resistencias.
El líder democrático
El
líder tiene plena confianza en sus empleados y trabaja en equipo.
También ellos tienen plena confianza en su líder y se sienten muy
identificados con la empresa. La toma de decisiones es responsabilidad
de todos. El líder democrático promueve la comunicación en todos los
niveles. Involucra a los empleados en la búsqueda, definición y logro de
los objetivos. Las repercusiones de ejercer este liderazgo con los
subordinados son:
Relación mutua de confianza.
Los empleados se motivan por la participación en la fijación de los objetivos y se sienten responsables de su logro.
Trabajan como equipo con el líder.
Hay plena aceptación de los objetivos.
La comunicación es muy buena.
Identificar
el estilo de liderazgo que más tiendes a usar te permite estar alerta a
las consecuencias en el comportamiento de tu gente y, por lo tanto, te
da la posibilidad de confiar tu estilo.
El
primer paso para aprender a usar otros estilos de liderazgo es empezar a
reconocer tus comportamientos orientados a la tarea y tus
comportamientos orientados a las personas. Dentro de las variantes que
se pueden presentar combinando estos comportamientos, trata de situarte.
Identifica si tu comportamiento, en general, está más orientado a la
tarea que a las personas, por ejemplo, cuando tiendes a ser un líder
autoritario.
El
segundo paso es aprender a medir la madurez de tus empleados. Cada vez
que ejerzas tu liderazgo con tus subalternos, pregúntate si quieren y
pueden hacer el trabajo. De la respuesta que des dependerá el estilo de
liderazgo que debas aplicar. Todo es cuestión de mucha, muchísima
práctica, sobre todo al principio. ¡Suerte!
Funciones y responsabilidades de los líderes
Independientemente
de tu estilo de liderazgo, existen ciertas funciones y
responsabilidades que nunca debes descuidar y que son las siguientes:
Define
tus metas y las de la empresa. Haz un plan factible. Explica a tus
subordinados por qué la meta o el plan son necesarios. Administra y
asigna los recursos.
Establece
quién está a cargo de qué. Fija metas y objetivos realistas para cada
persona, evalúalas y retroaliméntalas. Establece las normas para tu
empresa y mantenías. Hazte cargo de la disciplina.
Que la
gente sepa lo que esperas de cada quién en tu empresa. Expresa
aceptación y reconocimiento por las contribuciones de tu gente. Estimula
al grupo y a las personas.
Evalúa constantemente los resultados.
Descubre lo que quieren tus empleados. ¿Qué los motiva, qué necesitan?
Descubre lo que tus empleados esperan de ti. Escucha a tu gente, consúltalos.
Convéncete en serio de que eres un modelo para tus empleados. Actúa siempre como quieres que ellos actúen.
Motiva a tus empleados, es parte de tu responsabilidad. Crea espíritu de equipo, reconcilia los desacuerdos.
Proporciona
la información necesaria en tu empresa, facilita la comunicación con tu
grupo y entre ellos. Nunca supongas que saben o que no quieren saber.
Favorece que la gente se acerque a ti, la retroalimentación que te den
tus empleados es una de las cosas que más debes valorar.
Aprende a delegar.
Acepta ayuda externa si es necesario.
Aprende de los errores. Si estás equivocado, admítelo.
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Aprende de los errores. Si estás equivocado, admítelo.
Los 7 estilos de liderazgo en la empresa
Producto
de las enseñanzas de los últimos meses me puse a investigar información
sobre estilos de liderazgo ya que aprender a identificar tu propio
estilo así como el de los demás nos permite reconocer fortalezas,
debilidades y entender mejor como manejarnos en un grupo de este tipo.
En definitiva lo que emociona es saber dónde estoy y hasta donde quiero
llegar en estos aspectos. | |
Los siete estilos de liderazgo son: El profeta (es un generador de ideas) Es el visionario que rompe moldes y concentra sus energías en ideas innovadoras que por lo general acaban en el nacimiento de una nueva empresa. Sus características son:
Es el que domina la crisis, el conquistador que no le importan los medios, alcanza su objetivo a como dé lugar. Sus características son:
Es el que desarrolla los sistemas y las estructuras para el crecimiento de cualquier organización, pasan del orden o a la colaboración y trabajo en equipo. Sus características son:
Es el que defiende el territorio ganado, acaba con la innovación al implantar sistemas rígidos de control. Sus características son:
Es el que acaba totalmente la creatividad y acarrea la merma de la expansión. Sus características son:
Es el que hereda la riqueza y desintegra la empresa. Sus características son:
Mantiene el equilibrio, toma las mejores características de los primero cuatro y unifica criterios para el desarrollo y crecimiento de la organización. El Sinergista o líder sinérgico es el que se ha librado de sus tendencias condicionadas hacia un estilo, y ha asimilado los estilos de liderazgo diferentes que la compañía necesita a medida que recorre su ciclo vital. En las organizaciones maduras mejor dirigidas, hay sinergismo. Consiste en equilibrar las características del Profeta, Bárbaro, Constructor y Explorador y el Administrador. Pero, lo más importante del Sinergista, es que sabe crear la unidad social. El líder Sinergista gobierna la balanza, unas veces añade peso a un lado y otras veces al contrario, siempre atento, siempre procurando nivelar las fuerzas. |
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